El arte neoclásico surgió a mediados del siglo XVIII y se prolongó, aunque coexistiendo con otras tendencias artísticas, hasta finales del siglo XIX.
Apareció en Italia, desde donde se extendió por Europa, y tuvo en Francia, país cuna de la Ilustración, a sus máximos representantes, sobre todo durante la Revolución francesa y el Imperio de Napoleón.
El neoclasicismo fue una reacción artística contra los excesos que caracterizaron al Barroco y el Rococó, y se encuentra muy relacionado con la Ilustración, cuyos ideales refleja. Así, por un lado, trata de someter la creación artística a unos criterios basados en la razón y, por otro, intenta establecer unos modelos de validez universal que todos los artistas han de seguir. El resultado es un estilo carente de originalidad y de fuerza creadora, cuya aceptación popular fue muy escasa.
Varios factores contribuyeron al desarrollo del arte neoclásico. La nueva atracción que durante el siglo XVIII despertó el mundo clásico dio lugar a numerosas expediciones arqueológicas para conocer las ruinas griegas y romanas, de las que las excavaciones de Pompeya y Herculano, sepultadas por el Vesubio en el año 79 d. C., fueron las más sobresalientes. También fueron importantes los numerosos tratados que preconizaban el ideal griego como punto de partida de toda belleza. Por último, la creación de Reales Academias de arte dirigieron la estética del momento siguiendo las pautas de la normativa clásica y desempeñaron un papel fundamental en la difusión de los principios del arte clásico, ya que eran las encargadas de formar a los artistas.
Arquitectura.
- Las principales características de la arquitectura de este período son:
- Frente al subjetivismo del Barroco o el Rococó, el Neoclasicismo opone la objetividad de la belleza basada en la racionalidad: las formas geométricas claras, la pureza de las líneas arquitectónicas o el respeto a las medidas y proporciones clásicas.
- El gusto por la sencillez y lo severo lleva a que lo arquitectónico predomine sobre lo decorativo.
- Inspiración en la arquitectura clásica, de la que toma tanto elementos básicos como las columnas, los órdenes (especialmente el dórico y el jónico), los frontones, las bóvedas y las cúpulas, como decorativos (guirnaldas, rosetas, ovas, meandros)
- El edificio clásico más empleado como modelo por el arte neoclásico es el templo griego, especialmente el pórtico y el frontón, que se emplean incluso como modelo de las construcciones civiles. Sin embargo rompen con la idea de "antropocentrismo", de que el hombre ha de ser la medida del edificio, tan característica de los antiguos griegos, de tal manera que los edificios tienden a la monumentalidad.
- Las principales construcciones son de carácter civil, como museos, academias o bibliotecas. El urbanismo también recrean los modelos clásicos, recuperando los trazados geométricos, de damero o estrellados, con amplias avenidas y plazas, y la aparición de zonas verdes en las ciudades.
Iglesia de la Magdalena, en París (1806-42) |
Capitolio Nacional, en Washington DC (1793-1811). La cúpula es un añadido de mediados del siglo XIX |
Real Observatorio Nacional (1790), obra de Juan de Villanueva, en el parque del Retiro de Madrid. |
Museo del Prado, diseñado por Juan de Villanueva. |
Interior del Museo del Prado. La prioridad que se da a lo funcional se ve reflejado en los espacios diáfanos y en la luz cenital. Los arcos de medio punto, la bóveda de cañón, las columnas decorativas, los casetones y la sobriedad son característicos de la arquitectura neoclásica. |
Congreso de los Diputados, Madrid (1843-1850) |
Escultura
La escultura neoclásica se caracteriza por:
- Frente a la irracionalidad de lo impetuoso que caracterizó a estilos anteriores, en la escultura neoclásica predomina la expresión serena y sosegada. Este giro también se aprecia en la composición de la obra: se reacciona frente a la teatralidad y el movimiento desbordado del Barroco, al que se opone el equilibrio y la belleza de la escultura clásica.
- Se intenta imitar el estilo de los grandes escultores de la Antigüedad, principalmente griegos. También se recuperan temas clásicos, ya que pretenden realizar una reflexión intelectual sobre la belleza.
- Estilísticamente hay una tendencia a destacar la forma para valorar el contorno y la belleza formal de figuras y objetos. Se evita que se produzcan fuertes contrastes de claroscuro y se dota a la presentación de un acabado pulido y homogéneo, y de un modelado suave.
- En general los escultores neoclásicos se interesaron más en la belleza formal que en la espiritualidad de la obra, dando lugar a un estilo escultórico frío y excesivamente uniforme.
Lucrecia Muerta (1804), de Damià Campeny. El escultor fue acusado de haber copiado una obra clásica para realizar la escultura, lo que fue desmentido por varios testigos |
Jason y el vellocino de oro, del danés Bertel Thorvaldsen (1803) |
Ganímedes da de beber al águila de Júpiter, Bertel Thorvaldsen (1817) |
Pintura
- Al carecer de restos pictóricos de la antigüedad grecorromana, la pintura neoclásica tendrá que buscar inspiración en la escultura, fundamentalmente en los relieves. En consecuencia, esta pintura presenta un marcado carácter escultórico. El dibujo, basado en las normas de las academias, predomina sobre el color, la luz es clara y difusa, y la base de la belleza será la armonía de las proporciones y de las líneas.
- Las composiciones son equilibradas, y la expresión siempre es contenida evitando cualquier dramatismo o exceso. La sensación de estabilidad y serenidad es una característica siempre presente.
- Al igual que en la escultura, la obra de arte tiene un contenido ideológico. Se trata de despertar en el espectador sentimientos virtuosos y moralmente elevados que, además, tengan una naturaleza universal. Esta función moralizante y educativa hace que la realidad no se plasme de forma fiel y precisa, sino idealizada.
Muerte de Viriato (1808). José de Madrazo fue discípulo de Jacques Louis David y uno de los máximos exponentes de la pintura neoclásica en España. |
El pintor más destacado de este período artístico fue el francés Jacques-Louis David, que durante la Revolución francesa ejerció una activa labor en la Convención Nacional como afiliado al bando jacobino. El compromiso que adquirió con la Revolución queda plasmado en sus obras, donde refleja los ideales que los revolucionarios franceses exaltaron, como el valor, el sacrifico o el patriotismo.
El rapto de las sabinas (1799). Como es general en las obras de este período, el rapto de las sabinas trata un tema clásico o mitológico. En los primeros tiempos de Roma había muy pocas mujeres. El primer rey de Roma, Rómulo, convocó unas pruebas en honor a Neptuno a las que invitó a otros pueblos de la región. Los sabinos acudieron acompañados de sus mujeres. Los romanos secuestraron a las mujeres y expulsaron a los sabinos, que años más tarde decidieron vengar esa doble afrenta -la traición y el secuestro- atacando Roma. El cuadro recoge el momento en el que las sabinas se interponen entre ambos ejércitos, ya que si ganaban los romanos perderían a sus padres y hermanos, y si vencían los sabinos perderían a sus esposos e hijos. Al final ambos pueblos se reconciliaron y Roma quedó gobernada por una diarquía formada por el rey de roma y el de Sabinia hasta la muerte de éste último.
El rapto de las sabinas (1799) |
Las figuras están moldeadas como esculturas grecorromanas, en las que la anatomía se representa con gran precisión.
La obra transmite un mensaje moral e ideológico si se tiene en cuenta el contexto en el que se produjo. El autor realiza una llamada a la unidad en un momento en el que la Revolución francesa acababa de salir del período conocido como "el Terror", y que se había caracterizado por las numerosas ejecuciones llevadas a cabo entre los distintos bandos que formaban la revolución. De hecho, el propio Jacques-Louis David realizó este cuadro en prisión, a la que había sido condenado por sus adversarios políticos.
El juramento de los Horacios (1784). Durante las guerras entre Roma y la ciudad de Alba, a mediados del siglo VII a.C., se decide que el conflicto se dirima por el enfrentamiento de un grupo formado por tres trillizos romanos, los Horacios, contra otro grupo formado por tres trillizos de Alba, los Curiacios. El drama radica en que una de las hermanas de los Curiacios, Sabina, está casada con uno de los Horacios, mientras que una hermana de éstos está prometida a uno de los Curiacios. Pese a los lazos entre ambas familias, el padre exhorta a sus hijos a tomar las armas para cumplir con su deber pese a los lamentos de las mujeres.
Las anatomías de inspiración clásica de las figuras representan el ideal de belleza clásica.
El juramento de los Horacios (1784) |
El cuadro se estructura de forma muy equilibrada. La parte heroica, el juramento, se dispone en la izquierda, mientras la derecha queda para la parte trágica, el dolor femenino. Los personajes masculinos se desarrollan en líneas verticales: erguidos, músculos tensos, y reflejan el deber moral del sacrificio cívico. La composición se distribuye en base a triángulos (los que forman las piernas de los trillizos, las del padre, y los dos grupos de figuras femeninas)
El fondo arquitectónico también dota de equilibrio al conjunto. Carece de adornos para no distraer al espectador de la acción principal, y se distribuye de tal manera que cada arco engloba a un grupo de personajes y los resalta gracias al claroscuro.
La muerte de Marat (1793) |
La muerte de Marat (1793). Representa el fallecimiento el 13 de julio de 1793 del escritor del periódico radical El amigo del pueblo. Marat estuvo muy relacionado con la facción jacobina durante la etapa de la revolución francesa conocida como "el Terror", y fue apuñalado mientras escribía en su bañera por Carlota Corday, quien apoyaba a la facción girondina, más moderada. David, amigo íntimo de Marat, aceptó el encargo de plasmar en un lienzo el momento de su muerte. Apenas cuatro meses después del asesinato el cuadro fue presentado a la Convención Nacional, y pese al poco margen de tiempo el resultado es una imagen simple y poderosa que se considera la mejor obra del pintor.
La figura de Marat está idealizada, suprimiendo David los efectos de una enfermedad de piel que sufría desde que años antes se había visto obligado a esconderse de sus enemigos en una cloaca de París.
Los detalles alrededor del personaje, sin embargo, se consideran verídicos. El propio David había podido documentar la sábana, la pluma, la tarima o la alfombra verde cuando visitó a su amigo el día antes de su muerte.
Marat transfiere la iconografía asociada durante siglos a la Iglesia y la Monarquía a Marat, que aparece resaltado sobre un fondo oscuro con la cara y el cuerpo bañados en una luz suave y brillante, de tal suerte que lo transforma en un martir de la Revolución.
Las líneas ortogonales -horizontales y verticales- transmiten equilibrio y dotan a la representación de una sensación estática y de atemporalidad.
Como característica del neoclasicismo, David evita cualquier elemento o adorno que distraiga al espectador del tema principal. Los numerosos detalles que aparecen en el cuadro tienen una fuerte carga simbólica: el cuchillo con el que fue apuñalado aparece cerca de la mano que sostiene la pluma (oponiendo la barbarie frente a los ideales ilustrados), los remiendos de la sábana, el tapete verde que cubría la tabla que cruzaba la bañera o la simple caja de pino que hacía las veces de escritorio transmiten la idea de austeridad. Sobre esa caja se observa un billete de asignado para entregar a una viuda con cinco hijos, lo que manifiesta la generosidad del individuo.
La consagración de Napoleón (1805-08) conmemora la coronación de Napoleón como emperador en la catedral de Notre Dame. |
Para realizar esta entrada me he basado en la presentación realizada por Jesús Ruíz. Para elaborar las características generales de la arquitectura, escultura y pintura me he basado en este documento.
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