lunes, 23 de diciembre de 2013

Ejercicios para recuperar la primera evaluación

Ya están disponibles para su descarga, en la web del colegio, los ejercicios para recuperar la primera evaluación del curso 2013-2014. El primer día de clase, el 8 de enero, se avisará de la fecha de recogida , que dependiendo del curso será el día 9 o el día 10 de enero. 

Quiénes alcanzaron el 4 en la primera evaluación podrán subir el punto necesario para aprobarla realizando debidamente todos los ejercicios. Éstos han de estar bien presentados, lo que implica que los enunciados deben acompañar a las respuestas. Quiénes tengan una nota inferior al 4 tendrán que hacer el correspondiente examen, que incluirá preguntas de estos ejercicios u otras similares. 

En el resto de asignaturas (religión, Ética, etc.) se evaluarán exclusivamente los ejercicios. Si estos están correctamente realizados y debidamente presentados, se considerará que el alumno ha alcanzado los objetivos mínimos. 






Si algún enlace aparece roto, si algo no está claro o lo que sea, subidme un comentario a esta misma entrada contándome cuál es el problema.

Feliz Navidad y próspero año nuevo a todos. 

Presentación de las partes de un ordenador

El ejercicio consiste en elaborar dos presentaciones de Power Point  que traten sobre las partes que componen un ordenador (hardware y software). Las presentaciones han de seguir esta estructura: 

Primera presentación: Introducción y software

Introducción: 
  • Diapositiva 1: Título del trabajo, autor(es) y una imagen de fondo. 
  • Diapositiva 2: Partes de un ordenador. Título y dos marcos de texto con viñetas. En un marco aparecerán los componentes del hardware y en el otro los del software

Software

Apartir de la 3ª diapositiva todas deben tener en la parte superior el rótulo “software”. 
  • Diapositiva 3: Definición de sistema operativo y una imagen relacionada. 
  • Diapositiva 4: características que debe presentar un sistema operativo junto con una imagen relacionada. 
  • Diapositiva 5: principales sistemas operativos, al menos tres. Debe aparecer una imagen de cada uno de ellos y al lado un breve texto explicativo. 
  • Diapositiva 6: Definición de aplicaciones. 
  • Diapositiva 7: Cuadro de texto con viñetas de los varios tipos de aplicaciones que existen. 

Copyright 2013 Inés Rocha y Raquel Corrales

Segunda presentación: hardware
  • Diapositiva 1: Título del trabajo, autor(es) y una imagen  relacionada con el tema. Debe tener una imagen como fondo que estará presente en toda la presentación. No hace falta que sea la fotografía de un objeto, también puede ser una imagen abstracta, de gradientes, etc. Pero debe permitir ver la presentación sin ningún inconveniente. 
  • Diapositiva 2: Partes del hardware. Título y dos marcos de texto con viñetas. En un marco aparecerán los componentes internos y en el otro los externos.
  • Diapositiva 3: Imagen de una placa madre y al menos cuatro llamadas del menú de autoformas señalando las partes principales. 
  • Diapositiva 4: Similar a la anterior, pero con la imagen de un disco duro. 
Copyright 2013 Miguel Molero y Diego Durán. 
 
Requisitos. 

  • Todos los objetos de la presentación deben estar animados con un efecto de “aparecer”, “desvanecer” o similar. Los textos aparecerán por párrafos, no por letras. 
  • Las diapositivas de la 3 a la 7 deben incluir transiciones de diapositiva. 
  • Las imágenes no pueden aparecer distorsionadas. Hay que usar imágenes grandes y empequeñecerlas, nunca agrandar imágenes pequeñas que resulten pixeladas. 
  • Cada una de las presentaciones debe tener un “estilo de diapositiva” similar para todas, de tal manera que las fuentes, viñetas, etc. sean iguales. 


martes, 17 de diciembre de 2013

El final del Imperio Romano

A inicios de nuestra era la civilización romana había dado lugar a un Imperio que se extendía por todas las costas del Mediterráneo. Desde el inicio de su expansión, Roma basaba su pujanza en dos factores: un sistema económico esclavista, caracterizado en que la mano de obra era propiedad del dueño de la tierra o del Estado; y una red de ciudades, comunicadas por elaboradas vías de comunicación, que permitían gobernar desde Roma todo el vasto territorio que comprendían sus dominios.

Los romanos crearon una gran red de vías de comunicación por todo su imperio que se llegó a extender por más de 100.000 kilómetros de calzadas. En un principio sirvieron para facilitar los movimientos de sus tropas con una rapidez nunca antes vista. En el aspecto económico agilizaron notablemente el transporte de mercancías. También tuvieron gran importancia para la extensión de la cultura y civilizaciones romanas. 

Pero a partir del siglo III d. de C. empezaron a manifestarse indicios de la crisis del Imperio romano, especialmente en su parte occidental. La crisis afectaría gravemente a la sociedad urbana y al sistema económico esclavista, dando paso a una sociedad rural y a un sistema económico basado en el colonato, un sistema de explotación de un territorio por colonos -campesinos teóricamente libres pero obligados a trabajar en los latifundios de los grandes propietarios- que anunciaba la sociedad feudal que predominaría durante toda la Edad Media. 


La crisis del Imperio romano, que a la larga supondría su fin, se debió a varias causas.

Causas económicas.
En el siglo II d. C. el Imperio romano había alcanzo su límite de expansión. El final de las guerras de conquista provocó la escasez de mano de obra esclava y supuso el fin de la ampliación de tierras para cultivar. Los romanos podían haber aumentado la producción de las tierras que tenían, pero la baja productividad de los esclavos, la escasez de mano de obra libre -más productiva- y la carencia de mejoras técnicas lo impedían. En consecuencia, la falta de nuevas tierras y de esclavos que la cultivaran produjo una escasez de alimentos, un alza de los precios y la devaluación de la moneda. 

Esto afectó a las actividades comerciales y artesanales, produciéndose la ruina de la población urbana, sobre todo en la parte occidental del imperio. Al sumirse las ciudades en una crisis económica, no pudieron realizar el pago de tributos que exigía la administración imperial. Los recursos económicos del Estado disminuyeron y el mantenimiento del ejército y la burocracia se hizo insostenible. Hubo que crear nuevos impuestos que agravaron aún más la situación, y muchos habitantes de las ciudades se vieron obligados a emigrar al campo e instalarse en las villas.

Recreación de la villa romana de La Olmeda (Palencia). 
Las villas habían sido las residencias rurales de los grupos acomodados, y eran el centro de sus grandes propiedades agrícolas. Ante la ruina que afectaba a las ciudades estos grandes propietarios decidieron establecerse allí de forma permanente y desarrollaron un sistema autosuficiente. 

Causas sociales.
La crisis produjo el empobrecimiento general de la población, lo que se tradujo en revueltas tanto en la ciudad como en el campo. En las ciudades, el elevado número de desocupados generaban gran inseguridad, lo que acentuó la emigración hacia el campo de gran parte de la población. Mientras, en el medio rural, los pequeños campesinos que se habían arruinado con la crisis buscaron la protección de los grandes propietarios a cambio de cederles sus tierras.

Recreación de una villa romana con sus tierras de cultivo
Paralelamente, los grandes propietarios intentaron buscar una solución a la baja productividad, y pusieron fin a la esclavitud otorgándole a sus esclavos la condición de colonos. A cambio de la libertad y un lote de tierras, los esclavos se comprometían a seguir trabajando para los dueños de las explotaciones agrícolas, a los que además pagarían una renta. De esta manera se aseguraron un aumento del rendimiento de sus cultivos y se liberaron de mantener a los esclavos, que ahora debían procurarse su propio sustento con las tierras que aquellos les habían concedido. 

La villa, que había pasado de finca de recreo a gran explotación agrícola, se convirtió en el centro de la vida económica y social. Además de garantizar el alimento de la población producía todos los bienes necesarios, convirtiéndose en una unidad autosuficiente trabajada por antiguos esclavos, campesinos arruinados y habitantes de las ciudades, que anunciaban el sistema que dominaría Europa durante la Edad Media: el feudalismo. 

Causas políticas. 
La crisis produjo inestabilidad, y la inestabilidad dio lugar a constantes guerras. Éstas obligaban a tener un ejército numeroso cuyo poder e influencia en la actividad política era cada vez mayor, hasta el punto de que los generales llegaron a decidir el nombramiento o destitución de los emperadores, dando lugar a una gran inestabilidad política.

Sarcófago del Gran Ludovisi, donde se muestra una batalla entre
legionarios romanos y germanos (250-251 a. C.)
La situación de crisis interna fue aprovechada por los pueblos bárbaros para atacar el limes, penetrar en el Imperio y saquear las ciudades, que empezaron a construir murallas para defenderse. Algunos de estos pueblos bárbaros acabarían siendo utilizados como aliados del ejército para frenar las invasiones de otros pueblos, y poco a poco fueron sustituyendo a los romanos que rechazaban incorporarse al ejército. 

Durante el siglo IV la crisis no hizo sino agravarse. El emperador Diocleciano trató de solucionarla organizando un sistema de gobierno de base teocrática, que consistía en el gobierno de cuatro personas: dos augustos y dos césares (tetrarquía). Este gobierno adoptó medidas tales como extender los impuestos a todos los habitantes del Imperio, fijar el precio de los productos básicos, devaluar la moneda o separar el poder civil del militar, pero el mantenimiento de la burocracia y el ejército exigía un gasto tan grande que el Estado seguía siendo incapaz de sostener el gasto público. Por otro lado, los cristianos habían alcanzado mucha fuerza, y éstos rechazaban la base teocrática del poder Imperial, motivo por el cual fueron perseguidos y se prohibió su culto.

Otro emperador que trató de solucionar la crisis fue Constantino. Para conseguir el apoyo de los cristianos promulgó el Edicto de Milan (313), que decretaba la libertad de cultos y acababa así con la persecución a estos. En el año 330 trasladó la capital del Imperio al Bizancio, que pasó a llamarse Constantinopla. 

División del Imperio romano a la muerte de Teodosio

Teodosio sería el último emperador que gobernó sobre todo el Imperio. A su muerte decidiría repartir el Imperio entre sus dos hijos: Arcadio recibiría la parte oriental, quedando para Honorio la occidental.


Pese a todos estos intentos de reforma, el Imperio continuó debilitándose. Forzados por el aumento de su población, pero sobre todo por la presión de los Hunos, provenientes de Asia, los pueblos germanos cruzaron el Rin y saquearon las provincias del Imperio. En el siglo V se produjo una nueva oleada. Alanos, suevos y vándalos penetraron en Hispania, mientras que los francos, alamanes o burgundios hacían lo propio en la Galia y los sajones y anglos en Britannia. Incluso la península Italiana, cuna del Imperio, fue invadida por los ostrogodos.

A estas alturas el Imperio sólo existía en teoría, ya que los emperadores carecían de poder efectivo para hacer frente a la situación. Incluso el ejército que, en teoría, debía defender el Impero estaba compuesto en gran parte por soldados y generales bárbaros pertenecientes a tribus romanizadas y cristianizadas. Los invasores bárbaros aprovecharon esta debilidad para crear sus propios reinos.

Rómulo Augústulo abdica ante el Odoacro

En el año 476 la tribu germánica de los hérulos asaltó Roma. Su caudillo, Odoacro, depuso al último emperador, un niño de trece años llamado Rómulo Augústulo.

  • ¿Qué factores limitaban la mejora de la producción en el sistema económico esclavista romano? ¿Cuáles de esos factores se solucionaron y cómo en décadas posteriores?
  • ¿Qué ventajas proporcionó al Imperio romano su gran red de calzadas?
  • ¿En qué consistía el sistema del colonato? ¿Quiénes y cómo se convirtieron en colonos?
  • ¿Qué factores produjeron una caída en la producción de alimentos desde el siglo II d. C.?
  • ¿Por qué el ejército adquirió tanta importancia entre los siglos II y III a. de C.?
  • ¿Qué era el limes?
  • ¿Qué medidas tomó Diocleciano para frenar la crisis? ¿Por qué fracasaron?

Para ampliar

Breve vídeo (apenas cuatro minutos) en el que se exponen las principales causas de la decadencia y caída del Imperio Romano:



Colección de documentales del Canal Historia sobre el Imperio Romano, desde sus orígenes (siglo I a. de C.) hasta su desaparición en el siglo V. 


martes, 10 de diciembre de 2013

Discurso de Robespierre durante el juicio a Luis XVI.

En 1775, poco después de su coronación, Luis XVI visitó el Liceo Louis-le-Grand. Los profesores designaron al mejor alumno para que le ofreciera un discurso laudatorio en Latín. El elegido fue un joven de 17 años nacido en Arras, huérfano de madre desde los ocho años y de padre desde los diez, taciturno y de constitución enfermiza, introvertido y serio, como no podía ser de otra manera en quien había ejercido como cabeza de familia desde una temprana edad, pero brillante: gracias a ello había conseguido una beca del obispado de su localidad para proseguir sus estudios. Su nombre era Maximiliano Mario Robespierre. 

Sin embargo, lo que debería haber sido una ocasión memorable para Robespierre se convirtió en un día para olvidar. Debido a la llovizna que caía desde primeras horas de la mañana el rey no descendió de su carruaje, lo que obligó al joven estudiante a leer su discurso ante el vehículo, de rodillas sobre el barro y con el rey visiblemente aburrido y sin dar signos de prestarle atención. De vuelta a su habitación, Robespierre lloró amargamente, recordando cómo el rey no se había dignado a mirarlo. 


Diecisiete años después Robespierre volvió a encontrarse con Luis XVI, pero las tornas habían cambiado. Luis de Borbón ya no era rey tras haber sido depuesto y puesto bajo custodia del nuevo régimen republicano que gobernaba Francia. Y el joven estudiante de Arras era una de las figuras más significativas de ese nuevo régimen. El 3 de diciembre de 1792 volvió a dar un discurso ante el, ahora, ciudadano Luis de Borbón. Pero en esta ocasión, lejos de laudar su figura y reinado, tomó la palabra ante la Convención Nacional francesa para pedir la pena de muerte para el destronado monarca. 
No hay aquí ningún proceso. Luis no es un acusado. Vosotros no sois jueces. No podéis ser más que hombres de Estado y representantes de la nación. No tenéis que ofrecer una sentencia a favor o en contra de un hombre, sino que debéis tomar una medida de salud pública, un acto de providencia nacional.
La Convención juzga a Luis XVI, vestido con una casaca azul,
el 26 de diciembre de 1792
Luis fue rey en el pasado, pero hoy la República está ya constituida. La cuestión fundamental que nos ocupa está resumida en estas palabras: Luis ha sido destronado por sus crímenes, porque acusó al pueblo francés de rebelde y llamó para castigarlo a los ejércitos de los tiranos compañeros suyos. La victoria y el pueblo han decidido que él sea el único rebelde. Luis no tiene que ser juzgado, está ya condenado.  
Todas las hordas feroces del absolutismo se disponen de nuevo a atacar el seno de nuestra patria en nombre de Luis XVI. Luis combate todavía contra el pueblo desde el fondo de su calabozo. Personalmente aborrezco la pena de muerte prevista por las leyes, y no tengo por Luis ni amor ni odio. Pero pronuncio esta sentencia fatal: Luis debe morir porque es necesario para que la patria viva segura. Pido a la Convención Nacional que lo declare desde este momento traidor a la nación francesa y criminal contra la humanidad.
  • ¿Qué era la Convención Nacional?
  • ¿Por qué estaba siendo juzgado el rey Luis XVI por la Convención Nacional?
  • ¿A qué grupo político pertenecía Robespierre y qué intereses defendía?
  • ¿Cuáles son los argumentos de Robespierre para defender la pena de muerte de Luis XVI?
  • En el discurso de Robespierre se menciona claramente la invasión de Francia por parte de los reyes absolutistas de Europa. ¿Con qué palabras? ¿Por qué se entrometieron estos reyes en los asuntos de Francia?

Jean-Jacques Rousseau, "El contrato social"

Por tanto, si se aparta del pacto social lo que no pertenece a su esencia, encontraremos que se reduce a los términos siguientes: cada uno de nosotros pone en común su persona y todo su poder bajo la suprema dirección de la voluntad general; y nosotros recibimos corporativamente a cada miembro como parte indivisible del todo [...].

No siendo la soberanía más que el ejercicio de la voluntad general, jamás puede enajenarse, y el Soberano, que no es más que un ser colectivo, no puede ser representado más que por sí mismo [...].

¿Qué es, pues, el gobierno? Un cuerpo intermediario establecido entre los súbditos y el Soberano para su mutua correspondencia [...]. De suerte que en el instante en que el gobierno usurpa la soberanía, el pacto social queda roto, y todos los simples ciudadanos, vueltos de derecho a su libertad natural, son forzados, pero no obligados, a obedecer. [...].

La soberanía no puede estar representada, por la misma razón por la que no puede ser enajenada; consiste esencialmente en la voluntad general, y la voluntad no se representa; es la misma o es otra; no hay término medio. Los diputados del pueblo no son, pues, ni pueden ser sus representantes, no son más que sus mandatarios; no pueden concluir nada definitivamente. Toda ley no ratificada por el pueblo en persona es nula; no es una ley. El pueblo inglés cree ser libre, y se engaña mucho; no lo es sino durante la elección de los miembros del Parlamento; desde el momento en que éstos son elegidos, el pueblo ya es esclavo, no es nada.”

Jean-Jacques Rousseau. El contrato social. 1762.

  • ¿Cómo define Rousseau el "pacto" o "contrato" social?
  • ¿Qué concepción del gobierno expone Rousseau? ¿Qué consecuencias tiene?
  • ¿Por qué dice que "el pueblo inglés cree ser libre" pero se engaña puesto que no lo es?
  • ¿Qué significa "enajenar"? ¿Por qué el Soberano no puede enajenar la voluntad popular?

domingo, 1 de diciembre de 2013

La convocatoria de los Estados Generales

Lejos estaban de imaginar los ciudadanos de parís aquél 4 de mayo de 1789 que estaban asistiendo a la última gran ceremonia del Antiguo Régimen en Francia: la procesión inaugural de los Estados Generales, la asamblea francesa representante de los tres órdenes (Nobleza, Clero y Tercer Estado) que no había recorrido las calles de la capital del reino desde 1614. Rodeado por los grandes oficiales de la corona Luis XVI, con un traje y un manto drapeado en oro y portando en su sombrero “el Regente” -el diamante más grande de aquél entonces- encabezaba una comitiva compuesta por los 1.200 diputados que habían sido llamados a consulta por el rey en julio de 1788 para aprobar las reformas que necesitaba el país, inmerso en una grave crisis económica.


El pueblo de parís aclama al monarca desde el mismo momento que la procesión sale de Notre-Dame, no así a la reina Maria Antonieta, que lo acompañaba ataviada con un vestido de oro y plata. Los franceses nunca la aceptaron. “Madame déficit” y “loba austríaca” eran alguno de los apelativos que dirigían a quien consideraban principal culpable de la bancarrota estatal por su caro nivel de vida y de quien siempre sospecharon que actuaba sirviendo más los intereses de su Austria natal antes que los de Francia. 


En la procesión destacan los representantes del Tercer Estado, vestidos de negro y cubiertos por un manto en negro y oro. Su número supera al de los otros dos órdenes, aunque esta elevada representación todavía quedaba muy lejos del número real que suponían los burgueses, artesanos y campesinos. 

Número total de personas y número de representantes de cada
estamento  en los Estados Generales en la Francia de 1789
Tras atravesar la Place d’Armes la procesión llegó a la iglesia de Saint-Louis. El obispo de Nancy, Monseñor de La Fare, pronunció desde el púlpito un famoso discurso en el que atacó el lujo de la Corte. Sería la primera vez que un obispo recibe una ovación en una Iglesia. 


El día siguiente comienza la sesión de solemne apertura de los Estados Generales. Al contrario de lo que han mostrado algunos gravados posteriores, la sala en la que se reúnen, erigida detrás de los Menudos Placeres de la Avenue de Paris, es minúscula. Rodeado por la Reina y los Príncipes de Sangre, Luís XVI ocupa un trono al fondo de la sala bajo un majestuoso dosel. A su alrededor, en varias filas, se disponen los diputados de los Estados Generales. El rey toma la palabra para dar el discurso inaugural.
Señores, ese día que mi corazón esperaba desde hace tiempo ha llegado por fin, y me veo hoy rodeado de los representantes de la nación, la cual me glorifico en comandar. 
Un largo intervalo había transcurrido desde las últimas sesiones de los Estados Generales, y aunque la convocatoria de esta Asamblea pareciera haber caído en desuso, no he vacilado en restablecer un uso del que el reino puede sacar una fuerza nueva y puede abrir a la nación una nueva fuente de dicha. 

Situación económica de la corona francesa en 1789
La deuda del Estado, ya inmensa a mi subida al trono, se ha acrecentado más bajo mi reinado. Una guerra dispendiosa pero honorable ha sido la causa de ella: el aumento de los impuestos ha sido la consecuencia necesaria y ha hecho más sensible su desigual reparación. 
Una inquietud general, un deseo exagerado de innovaciones se ha apoderado de los espíritus y acabarían por extraviar totalmente las opiniones si no nos apresuramos a fijarlas en una reunión de opiniones sabias y moderadas. 
En esta confianza, Señores, os he reunido y veo con sensibilidad que ya ha sido justificada por las disposiciones que los dos primeros estamentos han mostrado en renunciar a sus privilegios pecuniarios. La esperanza que he concebido de ver a todos los estamentos, unidos en sus sentimientos, concurrir conmigo al bien general del Estado no será traicionada. 
He ordenado ya en los gastos recortes considerables. Vosotros me presentaréis aún a este respecto ideas que recibiré con atención; pero a pesar del recurso que puede ofrecer la economía más severa, temo, Señores, no poder aliviar a mis súbditos tan prontamente como desearía. Pondré bajo vuestros ojos la situación exacta de las finanzas, y cuando las hayáis examinado, estoy seguro de antemano de que me propondréis los medios más eficaces para establecer un orden permanente en ellas y consolidar el crédito público. La gran y salutífera obra que asegurará la felicidad del reino desde dentro y su consideración desde afuera os ocupará esencialmente. 

Los espíritus están agitados. Pero una Asamblea de representantes de la nación ¿no escuchará, sin duda, tan sólo los consejos de la sabiduría y la prudencia? Vosotros mismos habréis juzgado, Señores, que nos hemos apartado de ellas en varias ocasiones recientes; pero el espíritu dominante de vuestras deliberaciones responderá a los sentimientos de una nación generosa y cuyo carácter distintivo ha sido siempre el amor por sus reyes; descartaré cualquier otro recuerdo. 
Conozco la autoridad y el poder de un rey justo en medio de un pueblo fiel y apegado en todo tiempo a los principios de la monarquía; éstos han sido la gloria y el prestigio de Francia; yo debo ser su sostén y lo seré constantemente. 
Pero todo lo que se puede esperar del más tierno interés por el bienestar público, todo lo que se puede pedir a un soberano, el primer amigo de sus pueblos, podéis esperarlo de mis sentimientos.
Al del Rey le siguieron las intervenciones del Ministro de Justicia, Barentin, y Necker, Ministro de Finanzas. El déficit presupuestario se elevaba a más de 56 millones. Sin embargo, no proponen reforma alguna que satisfaga el más que evidente descontento del país, tan sólo piden que se aprueben nuevos impuestos. El Tercer Estado ha visto frustrada las esperanzas que puso en la convocatoria de los Estados Generales y no está dispuesto a que se desaproveche esa única oportunidad de realizar reformas en Francia. Apenas un mes después los representantes del Estado Llano deciden tomar las riendas dando inicio a la revolución francesa.

  • Luis XVI justifica la ruina de la Hacienda pública en una guerra “dispendiosa pero honorable” ¿Qué significa la palabra “dispendiosa”? ¿A qué guerra se refiere? Resúmela brevemente. 
  • ¿Qué medidas afirma Luís XVI haber tomado para solucionar la crisis económica? 
  • Luis XVI era un déspota ilustrado, ¿en qué partes de su discurso refleja esa idea absolutista de que el Rey era como un padre para sus súbditos? ¿En qué frases deja entrever la amenaza que para él suponen las nuevas ideas opuestas a los pilares del Antiguo Régimen?
  • ¿En cuanto se multiplicó el precio del pan entre 1786 y 1789? ¿A qué se debió este aumento?
  • ¿Qué porcentaje de población suponía el Tercer Estado en Francia a finales del XVIII? ¿Y sus representantes en los Estados Generales?