lunes, 19 de noviembre de 2018

Romanticismo



Características del Romanticismo. 

El Romanticismo fue un movimiento cultural y artístico que surgió como reacción contra el racionalismo del siglo XVIII. 
  • Frente a los cánones del Neoclasicismo, el Romanticismo defiende la libertad de creación
  • El subjetivismo y el individualismo frente a la rigidez de las reglas académicas. Se valoran especialmente la originalidad, la diversidad y la particularidad frente a la unidad de la Ilustración.
  • Los sentimientos, las emociones y las pasiones (amor, sufrimiento, odio, etc.) cobran gran importancia. Así, se exaltan los sentimientos religiosos, patrióticos y los inspirados en la naturaleza. Es por esto último que el paisaje alcanza gran interés. 
  • Frente al equilibrio y la armonía característicos del período anterior, antepone las situaciones límite, y frente a la razón el instinto
  • En vez de apelar al universalismo de la razón, el particularismo relieve las ideas de libertad e igualdad.
  • La excelencia de la imaginación y la fantasía frente al racionalismo clasicista de los ilustrados, recreando mundos pasados (fundamentalmente, la Edad Media) o exóticos (Norte de África y Oriente).


Pintura. 
La pintura apela al subjetivismo y la originalidad. Se inspira en escenas violentas y tiene un gusto por el dramatismo, que utiliza para influir en el sentimiento del público.

En cuanto la expresión, utiliza con frecuencia fuertes contrastes de luz y sombra (claroscuro). El colorido prevalece sobre el dibujo, que asume un papel secundario. La pincelada se hace visible e impetuosa hasta el punto de que, en ocasiones, el acabado del cuadro tiene un aspecto de esbozo.

Respecto a los temas, los románticos van a convertir las representaciones de la naturaleza, que hasta entonces se había considerado un género menor o un mero fondo decorativo para las composiciones de figuras, en uno de los temas principales. No se tratan meras descripciones topográficas, sino que tratan de expresar las emociones humanas a través del paisaje. 

También alcanzó cierto desarrollo la pintura animalista, esto es, la que representaba animales, tanto salvajes como domésticos, si bien con tendencia a mostrarlos fieros. Por ello se van a pintar numerosos cuadros reflejando actividades como la caza, y animales como el león o el caballo. Otro género que cobró importancia fue la pintura costumbrista, que reflejaba los tipos y personajes populares.

El tratamiento de las figuras procura ser realista. Tratan de que las vestimentas de los personajes se corresponda con toda la fidelidad posible a los de la época histórica que pretenden representar o con el lugar en que tiene lugar la escena. Si el tema lo requiere, no evitan pintar personas heridas, deformes o muertas. 

El individualismo propio de la época hizo que, por vez primera, los pintores no trabajasen de encargo, sino conforme los dictados de su imaginación, expresándose a través de la pintura, buscando pintar sus ideas y sentimientos personales.

Las técnicas usadas fueron variadas. Predominó la pintura al óleo sobre lienzo, de variados tamaños llegando a ser en el caso de algunos pintores franceses de grandes dimensiones. También se utilizó la acuarela y el dibujo experimentó cierto auge, debido a la facilidad con que expresaba el mundo interior del artista. Muchos dibujos y pinturas alcanzaron una gran difusión gracias a medios de reproducción como la litografía, la aparición de prensas metálicas, el aguafuerte y a que se recuperó la técnica del grabado en madera. Gracias a estos medios, a través de periódicos y revistas, se popularizaron numerosas imágenes que fueron puestas al alcance de todo el público.



Caspar David Friedrich.
Friedrich representa movimiento de pintura paisajista que se dio en Alemania, y que buscaba la sublimación del paisaje. Para Friedrich el arte era un intermediario entre el hombre y Dios. así, aunque pinta paisajes reales, utiliza alegorías religiosas y políticas. El color violeta era el del duelo y la melancolía, los barcos simbolizan el camino de la vida del hombre, las rocas son la base sobre la que se asienta la vida humana, los abetos representan la eternidad y la nieve la idea cristiana de resurrección.




La abadía en el robedal 
Arrecife rocoso en la orilla del mar

Caminante sobre un mar de nubes

El cementerio de Cloister nevado

Pareja contemplando la luna


Joseph Mallord William Turner. Turner retrata el asombroso poder de la naturaleza sobre el ser humano y como otros románticos, considera el paisaje natural como un reflejo de su humor. Su estilo se caracterizaba por el uso de técnicas exclusivas de la acuarela en la ejecución de sus obras pictóricas al óleo, mediante lo que generaba luminosidad, fluidez y efectos atmosféricos efímeros. En sus últimos años, empleó cada vez menos óleos, y se centró en la luz pura, en los colores del reflejo, y los objetos son cada vez más difíciles de reconocer.  

Barcos holandeses en una galerna

Gran canal de Venecia

El naufragio. 

Lluvia, vapor y velocidad


Paz (Entierro en el mar)




Théodor Géricault

Sus cuadros bien acogidos por la crítica, ya que sus obras muestran la rebeldía tanto en sus temáticas, muy alejadas del clasicismo, como por la crítica que realizaba contra la sociedad o el poder, así como por la representación que realizó de dementes y enfermos, y en los que reflejaban rostros de personas comunes con expresiones más realistas que idealistas. Su estilo se caracterizaba por la supresión de las normas clásicas, con el uso de las pinceladas gruesas, pastosas y poco ordenadas, mientras que sus cuadros muestran la pasión y los sentimientos propios del Romanticismo.


La balsa de la Medusa
La balsa de la Medusa es un cuadro, de gran tamaño, que representa la pasividad del gobierno frente al naufragio de la fragata francesa del mismo nombre en la que viajaban cientos de personas que, una vez el barco se había hundido casi en su totalidad, se ven obligados al canibalismo para sobrevivir sin que nadie acuda a rescatarlos. La obra era una denuncia a la incompetencia de algunos oficiales, que fueron apoyados desde el poder no sólo por amistad o por conveniencia, sino también por favoritismo. Los rostros de las figuras reflejan un enorme dramatismo reforzado con la elección tan acertada de colores que hizo el pintor: tonos oscuros y fríos que utilizó para plasmar lo trágico de la situación. Para la realización del cuadro, Géricault se documentó sobre las circunstancias concretas del desastre, entrevistó a supervivientes e incluso visitó hospitales donde pudo apreciar y copiar los colores de las heridas más profundas así como los rostros de dolor, de desesperación y agonía, tan excelentemente retratados en su obra. El estado de la mar no viene sino a reformar lo agónico de su rescate tardío. Embravecido, amenaza con derribar lo poco que queda de la antigua fragata.

En 1822 realizó una serie de diez cuadros de dementes de los que solo se conservan cinco. Para todos ellos fueron utilizados modelos reales sacados directamente de manicomios, hecho que impactó a la crítica y la sociedad del momento pues los enfermos mentales eran considerados como no humanos. De esta serie podemos destacar obras como El cleptómano o las dos representaciones con el título Retrato de mujer loca. Con estos pequeños retratos Gericault demuestra que el arte debe representar a personajes reales y situaciones de la vida cotidiana, utilizando la fuerza de la pincelada incluso como una crítica a la sociedad tan desigual del siglo XIX.


Retrato de un cleptómano

Retrato de una mujer loca

Otra temática muy recurrente de Géricault fueron los caballos. Amante de la hípica, retrató de forma excepcional la fisionomía equina que la modeló bajo las premisas del ímpetu, el nervio y la energía pero también bajo la elegancia y la nobleza. Cualidades todas ellas presentes en los animales que, curiosamente, fueron los que acabaron con su vida con tan solo treinta y tres años, después de caer de uno de ellos en el año 1824.

Derbi en Epsom

Húsar a caballo

Coracero herido


Eugene Delacroix
Considerado como el continuador de Gericault y el máximo representante del Romanticismo, coloca en primer plano el gusto por el color y las imágenes exóticas, fruto de sus viajes por África y del profundo conocimiento de la obra de Constable y Turner, de las que adopta el uso de barnices mediante los que obtiene nuevos tonos más vibrantes que aportan una magnífica luminosidad a las composiciones.

Las figuras humanas que aparecen en sus composiciones poseen una clara influencia de los modelos pictóricos y escultóricos de Miguel Ángel, atribuyendo al cuerpo humano unas proporciones cuasi perfectas en las que resalta cada músculo del cuerpo masculino así como los atributos femeninos. Lo que, por el contrario, introduce Delacroix son las expresiones de sus personajes quienes conservan ojos llenos de sentimiento, expresiones de dolor y rabia, así como miedo y valentía. Une por tanto en sus personajes realismo y clasicismo,

La temática elegida por el autor ayuda a la grandeza de sus estructuras, siendo principalmente dos: los históricos y los ambientados en el mundo oriental representando la realidad, evitada hasta entonces.

Batalla de Tailleburg

Caballos a la orilla del mar

Caballos árabes en el establo

Cristo en el lago de Genesaret

Muerte de Sardanápalos


La matanza de Quíos

La Matanza de Quíos es un cuadro donde se denuncia la desmesurada violencia ejercida por los turcos contra los griegos durante la guerra de la independencia (1821-1830). El dolor que transmiten las figuras sedentes contrasta con la altivez del soldado a caballo, satisfecho por la victoria. El cuadro posee además una perspectiva soberbia que queda reflejada sobre todo por la profundidad que el autor le da, demostrando en un segundo plano las secuelas de la guerra.

La Libertad guiando al pueblo

La libertad guiando al pueblo refleja los acontecimientos que sucedieron en París durante la revolución de 1830. La Libertad es representada por una mujer con gorro frigio alzando la bandera tricolor republicana, mientras que dirige a una muy variada muchedumbre, situada en un segundo plano. El primero de los valientes es el mismo Delacroix quien, como hicieron pintores anteriores, se autorretrataría en su obra. El tercero de los focos de atención en la composición son los cuerpos inertes de los guerreros muertos quienes, tendidos en el suelo, aportan el contraste junto con aquellos alzados. Gracias a este dualismo Delacroix consigue una gran sensación de movimiento y dinamismo.

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